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Música y Personalidad: dime qué oyes y te diré cómo eres

Psicología. Música y Personalidad ¿qué revela tu playlist sobre ti?

La música ha sido un compañero constante en la vida del ser humano, y desde tiempos inmemoriales, ha influido en nuestra identidad. Desde los movimientos juveniles hasta las tribus urbanas, la música ha definido generaciones, culturas y movimientos sociales.

Cada generación ha adoptado ciertos estilos musicales que reflejan no solo sus intereses estéticos, sino también los valores, emociones y, a menudo, las posturas políticas de sus miembros.

A lo largo de la historia, hemos visto cómo la música ha definido tanto tribus urbanas como movimientos juveniles. La generación beat bailaba al ritmo del jazz, los hippies disfrutaban del folk y el rock, mientras que los góticos y emos se identificaban con cantos oscuros y melancólicos.

Sin embargo, ¿hasta qué punto la música que escuchamos define nuestra personalidad? ¿Existe realmente una relación entre nuestros gustos musicales y la forma en la que nos comportamos o nos presentamos al mundo?

¿Hay relación entre música y personalidad?

Una creencia popular es que el tipo de música que una persona escucha puede revelar aspectos profundos de su personalidad. Sin embargo, aunque los gustos musicales suelen vincularse a determinadas tribus urbanas y movimientos culturales, la realidad es más compleja. Usamos la música para identificarnos con posturas vitales y políticas que consideramos válidas, pero no hay una correlación estricta entre la música que escuchamos y cómo actuamos o somos en esencia.

Un estudio realizado por North y Hargreaves (2005) en la Universidad de Heriot-Watt exploró esta cuestión. La encuesta, realizada a más de 37.000 personas en todo el mundo, sugirió que aunque existe una correlación entre los estilos musicales preferidos y ciertos rasgos de personalidad, esto no necesariamente dicta nuestro comportamiento. De hecho, en muchos casos, la personalidad de los seguidores de un género musical puede contradecir los estereotipos asociados a dicho estilo.

Por ejemplo, los seguidores del heavy metal, a menudo vistos como duros y agresivos, en realidad son descritos en el estudio como personas amables, pacíficas e introvertidas. De manera similar, aquellos que disfrutan de la música clásica tienden a compartir varios rasgos de personalidad con los seguidores del metal, aunque suelen tener una autoestima más alta.

Desmontando mitos: lo que los estudios revelan

North y Hargreaves revelaron coincidencias interesantes: los seguidores del heavy metal y la música clásica, aunque pertenecen a mundos aparentemente opuestos, comparten rasgos comunes. Ambos grupos suelen ser creativos, introvertidos y amables, lo que desafía los estereotipos que solemos atribuirles. Esto pone en duda la idea de que la música que escuchamos moldea nuestra personalidad, sugiriendo más bien que nuestras preferencias musicales reflejan aspectos preexistentes de quiénes somos.

Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Queensland (Baker y Bor, 2008) refuerza esta idea. Sus resultados sugieren que la música no es un factor causal directo en el comportamiento antisocial, sino que los gustos musicales son más bien indicadores de vulnerabilidades emocionales o estados psicológicos particulares. En otras palabras, no es que una persona se vuelva violenta por escuchar heavy metal, sino que podría sentirse atraída hacia ese género por semejanzas con sus emociones internas.

Preferencias musicales y rasgos de personalidad

El estudio de North y Hargreaves reveló algunos patrones interesantes en cuanto a la relación entre los gustos musicales y ciertos rasgos de personalidad:

  • Los amantes del blues, jazz y soul tienden a ser creativos, amables y extravertidos.
  • Los seguidores de la música clásica suelen ser introvertidos, pero también creativos y con una autoestima alta.
  • Los fanáticos del reggae son percibidos como creativos y extravertidos, aunque algo más relajados en su actitud hacia la vida.
  • Los aficionados al rock y heavy metal son creativos e introvertidos, pero tienden a tener una autoestima más baja que otros grupos.

Estos datos sugieren que nuestras preferencias musicales pueden ser reflejos de nuestras inclinaciones naturales y estados emocionales, en lugar de ser la causa directa de cómo nos comportamos o interactuamos con el mundo. Escuchar música que pueda parecer deprimente para algunos, como el indie o el rock, puede en realidad ayudar a ciertas personas a procesar emociones difíciles y superar momentos bajos.

Un estilo de música para toda la vida

Es interesante notar que la mayoría de las personas tienden a mantener sus preferencias musicales a lo largo de sus vidas, especialmente aquellas que desarrollaron entre los 14 y los 26 años. Esta etapa de la vida es crucial en la formación de nuestra identidad, y las experiencias musicales que tenemos durante este período dejan una marca duradera. A medida que envejecemos, nuestra identidad se estabiliza y nuestras preferencias musicales se vuelven menos plásticas.

En conclusión, aunque la música y la personalidad están conectadas de alguna manera, no es una relación de causa-efecto. La música refleja, más que determina, quiénes somos, y nuestras elecciones musicales son una expresión de nuestros estados emocionales, vulnerabilidades y creencias internas.

Más información

  • North, A.C., & Hargreaves, D.J. (2005). The Social and Applied Psychology of Music. Oxford University Press.
  • Baker, F., & Bor, W. (2008). «Can music preference indicate mental health status in young people?». Australasian Psychiatry.
  • Drösser, C. (2014). La seducción de la música. Editorial Siruela.