Psicología. El enamoramiento se refleja en la mente, en el cuerpo y en el comportamiento de las personas. Estos son algunos de sus efectos.
El enamoramiento es una de las experiencias humanas más poderosas y transformadoras, una emoción compleja que afecta tanto al cuerpo como a la mente. Aunque culturalmente se ha idealizado durante siglos, la ciencia ha comenzado a desentrañar los efectos reales que tiene en nuestra fisiología y comportamiento.
Cuando estamos enamorados, no solo sentimos «mariposas en el estómago» o un «cosquilleo» de emoción; también suceden una serie de cambios que alteran nuestra forma de pensar, nuestra conducta y hasta la manera en la que percibimos la realidad.
Este artículo explora los efectos secundarios del enamoramiento, desde los cambios en nuestra capacidad de concentración hasta su impacto en la forma en la que caminamos. A través de investigaciones científicas, es posible comprender cómo el amor influye en la mente y el cuerpo, modificando incluso nuestra respuesta al dolor, nuestra voz y nuestro comportamiento social.
1. Dificultad para concentrarse
Uno de los primeros efectos del enamoramiento es cómo afecta a la concentración. Varias investigaciones han demostrado que, al estar enamoradas, las personas encuentran dificultad para concentrarse en las tareas cotidianas. Esto se debe a que el amor consume una gran cantidad de recursos cognitivos. Como explica Henk van Steenbergen, investigador de la Universidad de Leiden en los Países Bajos, «cuando se empieza una relación, muchas personas descubren que les resulta más difícil concentrarse porque pasan gran parte del tiempo pensando en su pareja.»
Este fenómeno puede parecer inofensivo, pero la reducción de la capacidad de atención puede tener un impacto en la productividad laboral, la toma de decisiones y la memoria a corto plazo. En otras palabras, el enamoramiento puede generar una «dispersión» mental que impide que las personas se concentren de forma efectiva en otras áreas de su vida.
2. Nos sentimos eufóricos
El enamoramiento puede ser comparable a una experiencia de euforia, similar a la que producen ciertas sustancias psicoactivas. Estudios de neuroimagen mediante resonancias magnéticas han demostrado que, cuando una persona está enamorada, se activan en su cerebro las mismas redes neuronales que se asocian con el uso de drogas como la cocaína. Lucy Brown, profesora de neurología en la Escuela de Medicina Albert Einstein, afirma que el enamoramiento activa áreas cerebrales vinculadas al placer y la recompensa, lo que provoca una sensación de euforia extrema.
Este estado puede llevar a las personas a experimentar una pérdida temporal de la noción del tiempo y de la realidad. Por eso, quienes están enamorados tienden a describir sus primeros meses de relación como una época en la que se sintieron “fuera de sí” o “en una nube”.
3. Insensibilidad al dolor
Un efecto menos conocido pero igualmente sorprendente del enamoramiento es su capacidad para reducir la sensación de dolor. Según investigaciones de Arthur Aron, profesor de psicología en la Universidad Stony Brook, algunas de las áreas del cerebro que se activan cuando estamos enamorados son las mismas que las que se activan bajo el efecto de analgésicos. Esto explica por qué las personas enamoradas tienden a sentir menos dolor físico, o por qué algo tan simple como sostener la mano de la pareja puede aliviar molestias.
4. Sincronización cardíaca entre enamorados
El corazón también juega un papel simbólico y literal en el enamoramiento. Estudios científicos han encontrado que los latidos cardíacos de las personas que están en una relación tienden a sincronizarse cuando están juntas. Esta sincronización refleja el fuerte vínculo emocional que se forma durante el enamoramiento, subrayando la profunda conexión entre las emociones y las respuestas físicas.
5. El sesgo de la atención
El enamoramiento también influye en cómo percibimos a otras personas. Se ha demostrado que, cuando una persona está pensando en su pareja, su atención hacia otras personas atractivas disminuye. Este fenómeno, conocido como sesgo de atención, es una forma inconsciente de «ceguera» que nos protege de distracciones potenciales y refuerza el vínculo con nuestra pareja.
6. La dilatación de las pupilas
El lenguaje corporal también puede ser un indicador sutil del estado emocional. Las pupilas tienden a dilatarse en situaciones de alta intensidad emocional, como durante el enamoramiento. Esta respuesta fisiológica está controlada por el sistema nervioso autónomo y es una señal no verbal de atracción.
7. Impulsividad y valentía
El enamoramiento no solo afecta la mente, sino también el comportamiento. En particular, los hombres son más propensos a correr riesgos físicos cuando están enamorados o tratan de impresionar a alguien que les interesa. Este comportamiento puede estar relacionado con la necesidad evolutiva de demostrar fortaleza y capacidad de protección.
Bibliografía complementaria
- Aron, A., Fisher, H., Mashek, D. J., Strong, G., Li, H., & Brown, L. L. (2005). Reward, motivation, and emotion systems associated with early-stage intense romantic love. Journal of Neurophysiology, 94(1), 327-337.
- Hatfield, E., & Rapson, R. L. (1993). Love, sex, and intimacy: Their psychology, biology, and history. HarperCollins College Publishers.
- Fisher, H. E. (1998). Lust, attraction, and attachment in mammalian reproduction. Human Nature, 9(1), 23-52.