Psicología. La Infidelidad: causas, mitos y verdades desde una perspectiva psicológica y científica.
La infidelidad es un fenómeno complejo que ha intrigado a psicólogos, sociólogos y científicos durante décadas. La idea de la traición amorosa genera controversia, ya que afecta profundamente a las relaciones de pareja y, por tanto, al bienestar emocional.
Aunque las razones detrás de la infidelidad varían, estudios recientes han arrojado luz sobre los factores que pueden influir en esta conducta, algunos de ellos relacionados con el narcisismo, la genética y las diferencias de percepción entre hombres y mujeres.
El narcisismo y el ego en la infidelidad
Investigaciones como la realizada por la Universidad de Florida han mostrado una relación entre el narcisismo y la infidelidad en las primeras etapas del matrimonio. El narcisismo sexual, definido como la percepción exagerada de la propia capacidad para conquistar y satisfacer sexualmente, correlaciona con una mayor probabilidad de cometer infidelidad. Es decir, quienes poseen un elevado sentido de autosuficiencia en el ámbito sexual tienden a ser más propensos a buscar relaciones extramatrimoniales para satisfacer su necesidad de validación externa.
Infidelidad en contextos específicos: el caso de Kenia
Otro estudio realizado en matrimonios de pescadores en el Lago Victoria, Kenia, mostró cómo factores externos pueden influir en la infidelidad femenina. Entre las razones encontradas están la violencia de género y la insatisfacción sexual con la pareja, elementos que muestran la complejidad del fenómeno en culturas específicas. Este estudio también subraya la influencia que las expectativas y normas culturales pueden tener en las dinámicas de pareja.
Contexto de la investigación. El Lago Victoria es la fuente de sustento para miles de pescadores que viven en sus alrededores, y las comunidades que dependen de la pesca suelen estar marcadas por un nivel considerable de pobreza, desigualdad de género y problemas de salud pública. Las mujeres, en su mayoría, tienen un acceso limitado a recursos y su bienestar económico a menudo está condicionado por su relación con sus maridos o compañeros.
La investigación tuvo como objetivo analizar los patrones de infidelidad en este contexto y cómo estos impactaban en la propagación del VIH, un problema de salud pública muy significativo en África subsahariana. El estudio encontró una serie de factores relacionados con la dinámica de poder y la insatisfacción sexual que predisponían a las mujeres a involucrarse en relaciones extramatrimoniales.
Factores que favorecen la infidelidad femenina en Kenia. El estudio señaló cuatro factores clave que aumentaban la probabilidad de que las mujeres buscaran relaciones sexuales fuera del matrimonio:
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- Violencia de género. Las mujeres que experimentaban abusos físicos y emocionales dentro de su matrimonio eran más propensas a buscar consuelo y apoyo emocional en relaciones fuera del matrimonio. Esta búsqueda de intimidad emocional y, en muchos casos, seguridad física, las llevaba a tener aventuras con otros hombres.
- Insatisfacción sexual. La falta de satisfacción sexual con el cónyuge fue otro factor importante. En muchas de estas comunidades, el diálogo abierto sobre las preferencias sexuales y la satisfacción mutua es limitado debido a las normas culturales y al papel sumiso de la mujer. Este contexto propiciaba que las mujeres, al no sentirse satisfechas sexualmente, buscaran experiencias que pudieran brindarles ese placer fuera del matrimonio.
- Tamaño del pene. El estudio encontró que el tamaño del pene del cónyuge en estado de erección también era un factor que contribuía a la infidelidad. Las mujeres que se sentían insatisfechas debido a que sus maridos tenían penes excesivamente grandes eran más propensas a buscar relaciones extramatrimoniales. La explicación radica en el dolor y la incomodidad que experimentaban durante las relaciones sexuales, lo que las llevaba a buscar parejas que les proporcionaran una experiencia sexual más placentera y menos dolorosa.
- Incapacidad de experimentar nuevas posturas sexuales. La incapacidad de explorar la variedad en las posturas sexuales también fue mencionada como un factor que influía en la infidelidad. Las mujeres que no podían experimentar la sexualidad de manera más diversa, debido a las restricciones impuestas por sus parejas o las expectativas culturales, eran más propensas a buscar esa exploración fuera de la relación marital.
¿Podemos culpar a los genes?
La ciencia ha explorado la posibilidad de que existan predisposiciones genéticas hacia la infidelidad. Un estudio de la Universidad de Binghamton sugiere que variaciones en ciertos genes, como los que regulan los neurotransmisores vinculados a las rutas de recompensa del cerebro, podrían estar relacionados con una mayor propensión a la infidelidad. Aunque estos hallazgos sugieren una conexión genética, los investigadores señalan que la infidelidad es un fenómeno complejo y multifactorial, donde la biología es solo una pieza del rompecabezas.
Diferencias de género en la percepción de la infidelidad
Un aspecto clave de la infidelidad es cómo es percibida por hombres y mujeres. Un estudio de la Universidad de Kansas encontró que los hombres tienden a definir la infidelidad en términos físicos o sexuales, mientras que las mujeres suelen interpretar la infidelidad desde una perspectiva emocional. Estas diferencias en la percepción pueden complicar la comunicación en las parejas y generar conflictos sobre lo que se considera una traición. Entre los hallazgos clave del estudio:
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- Percepción de infidelidad sexual vs. emocional:
- Los hombres tienden a percibir la infidelidad en términos sexuales. Es decir, consideran que el acto físico de estar con otra persona es el principal factor que define la traición dentro de una relación. Según el estudio, un 75% de los hombres consideró que un beso con otra persona es infidelidad, comparado con un 90% de las mujeres que piensan lo mismo.
- Por otro lado, las mujeres tienden a tener una visión más amplia de la infidelidad, incluidas las conexiones emocionales. En la investigación, muchas mujeres indicaron que no solo los actos físicos, sino también los vínculos emocionales fuertes con alguien fuera de la relación, constituían un acto de infidelidad.
- Mensajes de texto y tecnología:
- El estudio destacó cómo los hombres y mujeres también varían en su percepción de las interacciones a través de la tecnología. En relación con mensajes de texto subidos de tono, el 51% de los hombres lo consideró una forma de infidelidad, mientras que el 68% de las mujeres lo vio de esta manera. Este dato sugiere que las mujeres son más propensas a ver la infidelidad en interacciones menos físicas, como el sexting o mensajes íntimos, mientras que los hombres priorizan los encuentros físicos.
- Infidelidad emocional en mujeres:
- Las mujeres son más propensas a ver la infidelidad emocional como una traición significativa, incluso si no hay contacto sexual. Para ellas, compartir intimidad emocional o tener una conexión profunda con otra persona puede ser tan doloroso como un encuentro sexual fuera de la relación.
- Percepción de infidelidad sexual vs. emocional:
¿Dónde se lleva a cabo la infidelidad? Momentos y lugares clave
El entorno laboral se ha identificado como uno de los escenarios más comunes donde ocurren las infidelidades, con un 68% de los casos registrados según los datos de la plataforma de citas Ashley Madison. La cercanía diaria, la rutina y el contacto frecuente son factores que pueden facilitar el desarrollo de relaciones extramaritales.
Como dato curioso, algunos estudios señalan el miércoles por la tarde como el momento de la semana en el que más se producen aventuras, lo que sugiere que la fatiga emocional y la monotonía también juegan un papel.
¿Por qué somos infieles?
Las razones detrás de la infidelidad son diversas y varían según el género y las motivaciones individuales.
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- Un estudio con más de 74.000 participantes reveló que el 45% de las mujeres infieles lo son porque sienten una fuerte atracción emocional hacia otra persona, mientras que el 32% lo hacen para sentirse más deseadas.
- En el caso de los hombres, la infidelidad está más relacionada con el deseo sexual, con un 48% de ellos buscando más sexo y el 46% deseando mayor variedad.
Estas cifras evidencian cómo las necesidades afectivas y sexuales pueden influir en las decisiones de buscar relaciones fuera de la pareja. Mientras que las mujeres tienden a valorar el componente emocional, los hombres parecen centrarse más en la satisfacción sexual. Sin embargo, no se puede generalizar: ambos géneros pueden ser infieles por una mezcla de factores emocionales, sexuales y circunstanciales.
¿Es inevitable la infidelidad?
A pesar de los datos que sugieren una conexión genética, factores de personalidad como el narcisismo y dinámicas de poder en la pareja, la infidelidad no es una conducta predeterminada ni inevitable. Las relaciones satisfactorias, basadas en la comunicación y el respeto mutuo, pueden prevenir la necesidad de buscar fuera lo que falta dentro. La ciencia ha demostrado que, si bien algunos aspectos biológicos y psicológicos pueden aumentar la propensión a la infidelidad, esta sigue siendo una elección influenciada por el entorno, la satisfacción en la relación y los valores personales.
Superar la tentación de la infidelidad requiere trabajo constante en la relación de pareja, autoconocimiento y la disposición para enfrentar las dificultades en lugar de evadirlas. La infidelidad, en última instancia, es una ruptura de la confianza que puede tener graves consecuencias emocionales, pero también puede ser una oportunidad para reflexionar sobre las necesidades individuales y de la relación.
¿Quieres saber más?
- Buss, D. M., & Schmitt, D. P. (1993). «Sexual Strategies Theory: An Evolutionary Perspective on Human Mating.» Psychological Review, 100(2), 204-232. Este estudio clásico sobre las estrategias sexuales de hombres y mujeres ayuda a entender las diferencias en la forma en que ambos géneros perciben y actúan en torno a la infidelidad.
- Fisher, H. E. (2004). Why We Love: The Nature and Chemistry of Romantic Love. New York: Henry Holt and Company. Helen Fisher explora cómo los circuitos de recompensa del cerebro influyen en el comportamiento amoroso y las relaciones, incluyendo la infidelidad.