La gatoterapia, antiestrés y felicidad por tener un gato en casa.
La gatoterapia es un enfoque tradicional y efectivo para abordar los síntomas del estrés, la ansiedad y el bajo estado de ánimo mediante la compañía de gatos domésticos. Esta terapia se basa en la interacción amigable entre los gatos y las personas, lo que puede tener un impacto significativo en la salud física y mental, mejorando la calidad de vida en general.
Lo que hace que la gatoterapia sea tan especial es su simplicidad: se centra en la compañía que ofrecen los gatos y la forma en que interactúan con las personas.
La relación entre gatos y humanos a través de la historia
A lo largo de la historia, los seres humanos han encontrado compañía y afecto en ciertas especies animales. Además de domesticar animales para obtener alimentos, abrigo y transporte, algunas especies han desarrollado relaciones más cercanas con los humanos. Entre estas especies, los perros y los gatos han desempeñado un papel destacado. Es importante señalar que, en el caso de los perros, su relación con los humanos a menudo se vinculaba con actividades como la caza, el pastoreo y la protección del hogar.
Los gatos, científicamente conocidos como Felis silvestris catus, tienen sus orígenes documentados en el antiguo Egipto alrededor del año 3000 a.C. En ese momento, los gatos ya eran altamente apreciados, incluso divinizados por los egipcios. A medida que se difundieron por el comercio, los gatos se convirtieron en compañeros fieles de brujas, magos y curanderos. Posteriormente, se valoraron por su papel en el control de poblaciones de roedores que podían propagar enfermedades. Con el tiempo, los gatos se convirtieron en amigos y compañeros domésticos apreciados.
Los gatos presentan una amplia variedad de razas, cada una con sus propias características, desde pelajes de diferentes colores y formas hasta variaciones en la longitud de la cola y la estructura craneal.
El Gato y sus propiedades antiestrés
El gato es un animal autónomo, como todos los felinos. La relación entre un gato y su dueño se basa en un respeto mutuo. La compañía de un gato puede inducir niveles significativos de relajación sin los efectos secundarios de ciertos psicofármacos. Acariciar a un gato puede reducir el estrés, disminuir la presión arterial y la frecuencia cardíaca.
El ronroneo característico del gato, que emite cuando se siente cómodo y seguro, tiene un efecto positivo en el estado de ánimo de las personas, fomentando la alegría y brindando confianza y seguridad. Las muestras de afecto de un gato también tienen un impacto positivo en la psicología de las personas, lo que puede ayudar a aquellos que están convalecientes a recuperarse gracias a su simple presencia.
Pon un gato en tu vida
Para aquellos que viven solos, muchos especialistas recomiendan la compañía de un gato. Además de los beneficios para la salud mental que brinda la gatoterapia, los gatos requieren menos cuidados en comparación con los perros, lo que hace que su compañía sea más accesible. Convivir con un gato también puede ayudar a las personas a comprenderse mejor y aceptarse tal como son, ya que los gatos no juzgan, no hacen distinciones entre las apariencias o las condiciones económicas; simplemente reciben amor y lo devuelven de manera natural y sincera.
Las familias que comparten su hogar con un gato también pueden experimentar beneficios psicológicos, ya que fomentan la comunicación entre padres e hijos y entre hermanos. Esta es una de las ventajas de la gatoterapia. Además, cuidar de un animal enseña a los niños a asumir responsabilidades, respetar y amar a otras especies, lo que contribuye a promover actitudes más sosegadas y reducir el estrés.
Gatoterapia y salud mental
La gatoterapia ha demostrado ser beneficiosa para personas con discapacidades físicas o psicológicas, así como para aquellos que experimentan trastornos emocionales o psiquiátricos. Se ha observado que la interacción con gatos puede ser especialmente beneficiosa en trastornos como el Alzheimer, el autismo, el síndrome de Down, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y trastornos del estado de ánimo.
En los Estados Unidos, varios estudios han revelado que los pacientes con enfermedades cardíacas experimentaron una progresión más rápida y una mayor tasa de supervivencia un año después de un episodio agudo, como un infarto, si compartían su vida con un gato. Este efecto protector no se observó en la convivencia con perros, posiblemente debido a las necesidades de cuidado diario que los perros requieren.
Varias asociaciones y fundaciones nacionales que se dedican a mejorar la calidad de vida de personas con trastornos mentales graves han incorporado gatos como parte de su terapia. En el caso de niños con autismo, la presencia de gatos ha tenido efectos positivos en su bienestar. Si bien los gatos no pueden curar trastornos graves, se ha observado que su compañía aporta alegría y sonrisas, especialmente a aquellos que llevan una vida solitaria.
En el caso de los ancianos que residen en hogares de cuidado, la convivencia con gatos también ha demostrado ser beneficioso. La interacción diaria con un gato puede estimular a los ancianos a expresar sus emociones, recuerdos y experiencias pasadas, lo que puede ser fundamental para retrasar la degeneración de la memoria en pacientes con demencia senil o Alzheimer.
Referencias bibliográficas:
- Baun, A. M., Bergstrom, N., Langston, N. F., & Thomas, L. (1984). Physiological effects of human/companion animal bonding. Nursing Research, 33(3), 126-129. Friedmann, E., Katcher, A. H.
- Friedmann, E., & Thomas, S. A. (1995). Pet ownership, social support, and oneyear survival after acute myocardial infarction in the Cardiac Arrhythmia Suppression Trial (CAST). American Journal of Cardiology, 76, 1213-1217.