Estrategias psicológicas para mejorar el rendimiento académico en época de exámenes: cómo superar la ansiedad y estudiar con eficiencia. Aquí tienes 8 claves.
El periodo de exámenes puede ser uno de los momentos más estresantes y emocionalmente exigentes del año académico. Aunque es normal sentir cierta tensión antes de una prueba importante, cuando la ansiedad se convierte en protagonista, puede interferir con nuestra capacidad de estudiar y rendir de manera adecuada.
Para afrontar una prueba, no sólo es importante tener un buen plan de estudio, también debemos gestionar nuestras emociones. A continuación, te presentamos algunas estrategias psicológicas que pueden ayudarte a mantener el equilibrio y sacar el máximo partido a tus capacidades.
1. Organiza tus días de manera eficiente
Uno de los errores más comunes y que suele generar estrés durante la época de exámenes es la falta de organización. No saber por dónde empezar puede aumentar la sensación de agobio. Para evitarlo, planifica tu estudio con un calendario realista. Divide el material en bloques y fija metas alcanzables para cada día. Tenerlo todo organizado no sólo te ayudará a gestionar mejor el tiempo, también aumentará tu sensación de control sobre la situación.
- Además, empezar por las materias más complicadas cuando tu mente está fresca y dejar las más sencillas para el final del día es una estrategia útil para mantener la productividad sin agotarte.
2. Resuelve todas tus dudas lo antes posible
Estudiar con dudas afecta la comprensión y hacer crecer tu ansiedad. Si algo no ha quedado claro durante las clases, asegúrate de consultarlo con tu profesor o compañeros lo antes posible. Las lagunas de conocimiento afectan a tu capacidad para recordar el contenido, y refuerzan la sensación de inseguridad, que puede volverse más intensa conforme se acerca el examen.
- No dudes en participar en grupos de estudio o incluso aprovechar el momento para ayudar a otros, lo que también reforzará tu comprensión de los temas.
3. Crea un entorno de apoyo mutuo
Contar con amigos o familiares que te apoyen durante este proceso es clave para mantener una actitud positiva. Formar parte de un grupo de estudio puede ser muy beneficioso: te permitirá aprender de tus compañeros y, al explicar a los demás lo que tú has aprendido, afianzarás tus conocimientos.
- El apoyo emocional también es fundamental. Hablar de tus miedos y preocupaciones con personas cercanas puede aligerar la carga emocional y hacerte sentir acompañado en el proceso.
4. Empieza a estudiar con antelación
Un error común es dejar el estudio para el último momento, lo que genera una sensación de urgencia que eleva los niveles de estrés. Estudiar poco a poco, con tiempo suficiente, permite que los conceptos se asienten de manera natural en tu memoria. Además, evita las maratones de estudio que, lejos de ser eficientes, pueden llevar a la fatiga mental.
- Repasar varias veces el contenido es la clave para interiorizarlo y automatizarlo, lo que te permitirá enfrentarte al examen con más seguridad y confianza.
5. Mantén hábitos saludables
Aunque los exámenes son importantes, no debes descuidar tu bienestar físico y mental. Asegúrate de mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente y dormir lo suficiente. El ejercicio físico, aunque sea leve, tiene beneficios comprobados para la reducción del estrés y la mejora de la concentración. Asimismo, dormir bien es esencial para consolidar lo que has aprendido durante el día.
- Recuerda que los hábitos saludables te ayudan a mantener una mente despejada y un cuerpo enérgico, ambos necesarios para rendir al máximo.
6. Practica técnicas de relajación
Incorporar técnicas de relajación en tu rutina diaria puede marcar la diferencia. El yoga, la meditación y la respiración consciente son métodos eficaces para reducir el estrés y la ansiedad. Incluso breves momentos de relajación pueden ayudarte a reconectar con el presente y disminuir los pensamientos negativos.
- Si prefieres algo más simple, tomar un baño relajante, dar un paseo o escuchar música suave también puede ser una excelente manera de calmar la mente.
7. Reconfigura tu diálogo interno
El diálogo interno es una poderosa herramienta que influye en cómo te percibes y cómo afrontas los desafíos. Si constantemente te repites a ti mismo que no eres lo suficientemente bueno o que no te va a ir bien, es probable que esa ansiedad se convierta en una profecía autocumplida. Por eso, es importante que fomentes un autodiálogo positivo. Recuerda que los exámenes no son una evaluación de tu valor como persona, sino una oportunidad para demostrar lo que has aprendido.
- Reemplaza pensamientos como «no puedo» por «lo intentaré» y «lo haré lo mejor que pueda».
8. Confecciona resúmenes y esquemas
Los resúmenes y esquemas te ayudarán a organizar la información y reducir la cantidad de material que necesitas repasar. No es necesario memorizar todo, sino focalizarse en lo más importante. Resumir los puntos clave en tus propias palabras te ayudará a interiorizar mejor los conceptos.
- Además, esta técnica te permitirá hacer repasos rápidos antes del examen, ahorrando tiempo y dándote mayor confianza en lo que ya has aprendido.
Saber más
Afrontar un examen implica memorizar datos, pero también gestionar las emociones, los pensamientos y las interacciones con el entorno. Siguiendo estas estrategias, te prepararás mejor intelectualmente y reducirás el estrés innecesario, lo que te permitirá rendir al máximo de tus capacidades.
Bibliografía complementaria:
- Forgan, J. W., & Richek, H. G. (2006). Managing Your Mind and Mood Through Exam Periods. New York: Oxford University Press.
- Pritchard, R. D., & Ashwood, E. L. (2012). Managing Test Anxiety: A Self-Regulation Approach. Educational Psychology Review.
- Covington, M. V. (1992). Making the Grade: A Self-Worth Perspective on Motivation and School Reform. Cambridge: Cambridge University Press.